martes, 20 de diciembre de 2011

LA NATURALEZA DE LA ORACION


LA NATURALEZA DE LA ORACION
La oración
es el corazón del hombre en comunión con el corazón de Dios, el Padre.
Es el
corazón del Padre derramando gracia y misericordia sobre el corazón del hombre.
Es el corazón del hombre, en su totalidad, buscando conocer el corazón de Dios
en su totalidad. La oración es, esencialmente, la comunión de dos corazones.
C.H.Spurgeon
declaró:
“La verdadera oración no es un mero ejercicio
mental, ni una presentación vocal, sino que es algo mucho más profundo que todo
eso. Es comunión espiritual con el Creador de los cielos y de la tierra. Dios
es espíritu invisible a los ojos mortales y perceptible solo al hombre
interior: nuestro espíritu que vive en nosotros, generado por el Espíritu Santo
en la regeneración. La oración es una transacción espiritual de principio a fin
y su objetivo no termina con el hombre, sino que alcanza al propio Dios”.
Esta visión
es un poco diferente de la práctica moderna de la oración. Vivimos en una
sociedad tecnológica, capaz de atender instantáneamente nuestros deseos.
Tenemos de todo, desde puré de patatas al instante, hasta informes instantáneos de la Bolsa. Somos la generación
de lo “instantáneo”.
Pero no
ocurre así en nuestra relación con Dios. Nosotros no podemos entrar o salir
instantáneamente de la presencia de Dios. Oración requiere tiempo. Necesitamos
aprender, como leemos en el Salmo 46:10:
“Estad
quietos, y conoced que yo soy Dios(…)”.
Hay dos
aspectos importantes en la comunión con Dios. Primero, necesitamos entender que
sólo tenemos acceso a la comunión con el Padre a través de Jesús. Segundo,
necesitamos aprender a esperar en el Señor y meditar en su Palabra.
(Tomado del
boletín de la Iglesia Bautista Central de Cabuçu, RJ, Brasil)

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