En la revista "O Jornal Batista", en su edición del 12/02/2017 se publica un interesante editorial, firmado por Esteban Julio, que reproduzo a continuación, una vez traducido. Merece la pena que pensemos sobre el tema que expone: la insesibilidad moral en nuestra sociedad occidental actual.
"¿ESTAMOS ENFERMOS?
Cuando
alguien fallece es normal el clima de conmoción y solidaridad con la familia de
luto. Si la persona fue una figura pública, la proporción de todo lo anterior
ocurre en una escala mucho mayor. Desafortunadamente, con la
"libertad de expresión", personas han utilizado las redes sociales
para lanzar palabras de odio contra algo o alguien.
El día 24 de
Enero, la Sra. Marisa Letícia, esposa del expresidente Lula fue ingresada en
el Hospital Sirio-Libanés, en San Paulo, víctima de un accidente cerebro-vascular
provocado por la rotura de un aneurisma. El viernes, 2 de Febrero, un boletín
médico informó que la exprimera dama ya no tenía más circulación cerebral.
Como era de
esperar, muchas personas, a través de Internet, comunicaron su solidaridad a la
familia de Lula. Por otro lado, algo muy triste ocurrió: personas celebraron la
muerte de Marisa Letícia. Comentarios de mal gusto fueron publicados,
y-asómbrense- una mujer festejó la muerte en frente del Hospital. Queda la
pregunta: ¿qué está ocurriendo en nuestra sociedad?.
La Palabra
ya nos alertaba que, en breve, eso ocurriría. En Mateo 24:12, Jesús dijo que
" por haberse multiplicado la maldad, se enfriará el amor
de muchos." Nuestro país está sumergido en la violencia, corrupción,
conflictos familiares. Esto afecta a cada individuo, que pasa a pensar solo en
sí mismo, no respeta la opinión ajena, y
así nos va.
No importa si usted es de derechas o de izquierdas; si es aficionado del
equipo X o Z. Necesitamos respetar las particularidades de cada uno, el momento
de cada uno. Colocarnos en el lugar del otro, la empatía. ¿A usted le gustaría
que alguien ridiculizara su vida por causa de algún fracaso o pérdida?.
Entonces, ¿por qué hacemos así con los demás?.
Nosotros, como Iglesia, necesitamos ser diferentes. Es necesario amar al
prójimo; abrazar, traer palabras de ánimo, orar por la vida del otro y dejar
que Dios haga la obra. Solamente así, nuestro pueblo comenzará a recibir la
cura de ese mal llamado falta de amor.
¡Que Dios bendiga su vida!."
Traducción:
Jesús Reigada
No hay comentarios:
Publicar un comentario