¿Qué dice la Biblia sobre la
Navidad?
Por el Pastor Luis Soto, de la Iglesia Bautista Gracia
Eterna y Roca de los Siglos, Utah (*)
Llega el mes de diciembre y comienzan los esperados
debates en el Facebook de si los cristianos debemos celebrar la Navidad o
no. Este tema no es nuevo, ya que se ha venido discutiendo desde hace
muchos siglos atrás. Por un lado, tenemos cristianos que piensan que celebrarlo
es pagano y otros que no, cada uno tienen sus razones del por qué sí o el por
qué no se debe celebrar la Navidad en las fechas del 25 de diciembre. Para
poder entender mejor las posiciones veamos las razones por las que algunos cristianos
NO celebran la Navidad.
Una razón contra la celebración de la Navidad es que
las tradiciones que rodean esta festividad tienen su origen en el paganismo.
Algunos piensan que los árboles, estrellas, luces, aguinaldos y otras
decoraciones de este tipo se utilizaban en culto pagano y que el uso de estas
sería volver nuevamente al paganismo.
Debemos entender que por supuesto existen muchas
costumbres paganas en nuestra sociedad y cultura, por ejemplo las
supersticiones de que si pasas por debajo de una escalera, si te barren los
pies no te casas, si te vistes de un color específico para buena suerte, si ven
un gato negro es mala suerte, el escapulario en los niños para que no le pase
nada malo , el pasarle por encima a una persona enferma con yerbas o las más
comunes dentro de muchas iglesias tales como la supuesta “guerra espiritual” de
dar vueltas a la casa, poner sal en la puerta o echarle aceite debajo de la
almohada de tu esposo e hijos para que Dios los salve, las maldiciones
generacionales etc.
Lamentablemente estas cosas que sí son paganismo se
practican cada domingo en muchas Iglesias y nadie levanta su voz en contra de
estas prácticas paganas. Mientras tanto para la fecha de diciembre se continúa
debatiendo si es o no la navidad una práctica pagana.
Para comenzar evaluemos los argumentos desde la raíz
de la premisa
Los que promueven esa idea señalan que, durante los
primeros siglos de la era cristiana, la población del imperio romano celebraba
anualmente una fiesta al dios Saturno: el dios de la agricultura. Esa
festividad estaba relacionada con el solsticio de invierno en el hemisferio
norte, cuando (según se creía) el sol volvía a nacer, preparando el camino para
la primavera y un nuevo año en el calendario agrícola. La fiesta saturnal se
celebraba del 19 al 25 de diciembre, y era un tiempo marcado por diversiones,
banquetes bulliciosos, y un desenfreno sexual.
Algunos afirman que fue Constantino en el siglo IV fue
quien cambió la fecha de esta celebración pagana para ahora celebrar el
nacimiento de Cristo. Mientras otros afirman que muchos años antes del siglo
IV, varios líderes cristianos consideraron el asunto de la fecha del nacimiento
de Cristo. Por ejemplo, Clemente de Alejandría, a finales del siglo II, declaró
que algunos creyentes en Egipto celebraban el nacimiento de Cristo en abril.
Hipólito consideró que Cristo murió el 25 de marzo; por tanto, afirmó que nació
el 25 de diciembre etc. Por tanto, unos dicen que la fiesta pagana la
cristianizaron mientras otros dicen que no fue la Iglesia quien quiso usar una
fecha pagana, sino un pagano quien quiso aprovecharse de una fecha cristiana.
Este debate no paró, continuó hasta el tiempo de la
Reforma, donde personas como Martín Lutero seguían celebrando la Navidad en su
tiempo y hasta compuso algunos villancicos alusivos a la fecha de la natividad,
es decir, el nacimiento de Cristo. Posteriormente, los puritanos prohibieron la
celebración de Navidad por unos cuantos años, no por considerar que era una
fiesta pagana, sino una fiesta católica. Ellos consideraban que las
celebraciones navideñas eran, más que nada, una pérdida de dinero y tiempo. Sin
embargo, para fines del siglo XVII, la Navidad fue de costumbre nuevamente su
celebración, y la Iglesia protestante comenzó a celebrar nuevamente el
nacimiento de Cristo.
Ahora bien, no fue hasta el siglo XIX, cuando la
Navidad comenzó a celebrarse en la forma en que la conocemos hoy con arbolitos
de Navidad, luces etc. (que tuvo sus orígenes en Alemania), se popularizó en
Europa, y se extendió hasta los EE. UU. Fue en esta época que los villancicos
comenzaron a cantarse con mayor avidez, y nuevos cánticos navideños fueron
añadidos a los cultos en la Iglesia. Algunos dicen que el poner un árbol es
pagano por la acusación de que muchas civilizaciones del pasado adoraban o
incluían árboles en su tradición mitológica. En la antigua Babilonia, por
ejemplo, se usaba un árbol como parte de una liturgia relacionada con el mito
de la resurrección de Tammuz, una deidad pagana.
¿Es Cierto?
Estos utilizan versículos Bíblicos para apoyar su
aparente defensa. Uno de los pasajes más usados es Jeremías 10:1-5:
“Oíd la
palabra que Jehová ha hablado sobre vosotros, oh casa de Israel.
2 Así dijo Jehová: No aprendáis el
camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las
naciones las teman.
3 Porque las costumbres de los pueblos
son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con
buril.
4 Con plata y oro lo adornan; con
clavos y martillo lo afirman para que no se mueva.
5 Derechos están como palmera, y no
hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque
ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.”
En dicho pasaje Dios condena la creación de
ídolos hechos de los árboles del bosque. Asociar el árbol de Navidad con
este pasaje es leer en el texto algo que no existe, lo que constituye una
violación de las reglas de la interpretación bíblica. Jeremías no está
profetizando acerca del paganismo a 2000 años de distancia en el futuro, sino
denunciando la idolatría desenfrenada de su época.
Pero alguien puede preguntar, ¿por qué se habla de
adornar un árbol en este pasaje? Obviamente el pasaje no tiene nada que ver con
decorar un árbol. La advertencia está relacionada con esculpir un ídolo con
la madera del árbol (v.3). Mientras que los ricos podían fabricar ídolos de
metales preciosos, los pobres tenían que contentarse con hacerlos de madera
(Is. 40:19-20). La referencia a que son adornados con plata y oro es clara
referencia en el idioma original a que el ídolo tallado del leño era laminado o
cubierto con los metales.
En el estudio de la lógica esto se conoce como la falacia
de culpabilidad por asociación. En otras palabras, el árbol de Navidad es
declarado culpable simplemente porque un árbol se utilizaba en una celebración
pagana. Lo que debemos entender es que ciertas semejanzas en costumbres,
tradiciones o ceremonias no necesariamente implican semejanzas en el
pensamiento o en el contenido.
Miremos algunas objeciones a esta falacia de
culpabilidad por asociación:
Paganismo: cuando un cacique de los indios tarianos en el alto
Amazonas muere, lo incineran y luego la tribu participa en una ceremonia donde
se beben las cenizas de sus huesos mezcladas con vino. Ellos piensan que al
beber la poción adquieren así el poder y la virtud del fallecido.
(Ceremonias como ésta son comunes en el mundo y en la
historia, en algunas de ellas se llega hasta beber sangre.)
La pregunta que surge es, ¿mancha esto de paganismo la celebración que los cristianos conocemos como la Santa Cena o cena del Señor (pascua)?
La pregunta que surge es, ¿mancha esto de paganismo la celebración que los cristianos conocemos como la Santa Cena o cena del Señor (pascua)?
¡Claro que no! Como tampoco celebrar la encarnación de
Dios a la humanidad en hombre. Un rito pagano no invalida la celebración de la
tradición navideña cristiana. ¿Dónde se viola la palabra de Dios al celebrar la
Navidad?
Las antiguas mitologías y religiones del mundo han
falsificado el nacimiento de Cristo de una virgen, con una proliferación de
historias extrañas y paralelos inexactos. Estas historias tratan socavar y
minimizar la singularidad y profundo impacto del nacimiento de nuestro Señor.
Satanás ha propagado muchas leyendas, todas ellas con el propósito de minar la
naturaleza del nacimiento de Cristo y engañando a la gente a verlo como un mito
o nada excepcional.
(Si queremos paganizar tendríamos que hacerlo con todo
por ejemplo diezmo, boda, dólar, semanas, sinagoga, nombres etc.)
Fue precisamente exaltando la encarnación de Cristo
como hombre que se logró que en el día de hoy no se recuerde a Saturno. La
iglesia derrotó esta celebración pagana de Saturno impactando la cultura. No
solo prohibiéndolas. Dijo San Gerónimo: Hoy disminuye el error y nace el sol de
justicia. Tenemos que respetar la labor de la Iglesia, en el pasado ellos
trabajaron de forma pedagógica, ellos construyeron una enseñanza derrotando la
celebración pagana. Si es por paganismo ¿se tendrá que quedar en su casa o
vamos a reformar la cultura con el Evangelio?
Dios nos llama a ser ‘sal’ y ‘luz’; no a
abandonar el mundo a su pecaminosidad. Por consiguiente, nos parece que sería
una mejor estrategia reconocer que la Navidad es una fecha que podemos y
debemos aprovechar para anunciar el mensaje que ninguna otra religión del mundo
puede anunciar: “Nuestro Dios se hizo hombre”, debemos aprovechar esta fiesta
anual para declarar el misterio de la Encarnación, y las glorias relacionadas
con el nacimiento de Cristo.
Conclusión
El celebrar la Navidad no es una cuestión de bien o
mal. Romanos 14:5-6 nos provee la libertad de decidir si queremos observar días
especiales o no.
“Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga
iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.
El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día,
para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a
Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios”.
Si alguien quiere hacer caso de un día (celebrar la
Navidad en diciembre y no en septiembre), está bien. Si otro no quiere hacerlo,
¡está bien también! La razón por la que hacemos lo que hacemos es importante.
¿Está mal recordar la encarnación? ¿Es un pecado
dedicar algo de tiempo para regocijarse por la venida del Mesías? ¿Podemos
predicar la verdad del evangelio glorioso que Dios se hizo carne y habitó entre
nosotros? De acuerdo con estos versículos, el cristiano puede elegir
legítimamente cualquier día incluyendo Navidad como un día para el Señor o no hacerlo.
Personalmente pienso que la Navidad da a los creyentes una gran oportunidad de
exaltar a Jesucristo. Aunque nuestra sociedad ha reemplazado el mensaje de
Navidad por lo material y el consumismo, así como también por mitos y
tradiciones vanas, no debemos dejar que nos distraigan de apreciar el verdadero
sentido de la Navidad. Aprovechemos esta oportunidad para acordarnos de Él,
alabarle a Él y testificar fielmente de Él.
Por último y no menos importante guardémonos de los
excesos en la comida, bebida, gastos excesivos e innecesarios, y las
consecuencias de la borrachera, las orgías, las corrientes y hábitos creados y
promovidos por el comercio y la ambición, con el fin de inducir a la gente al
desenfrenado consumismo y despilfarro. No seamos arrastrados por la publicidad
en los medios de comunicación y por las presiones sociales de las corrientes de
este mundo. Cosas de las cuales un hijo de Dios no participa.
(*) Luis Soto
es Pastor en Iglesia Bautista Gracia Eterna, Estudia Máster in Church planting
en Southeastern Baptist Theological Seminary, también estudió en la Universidad
Interamericana de Puerto Rico y en Miami International Seminary Online.
Texto copiado de:http://restablecidos.com/2015/12/21/cristianos-celebrar-navidad/